He optado por escribir un libro al modo de los antiguos tratados escolásticos, es decir una obra distribuida en infinidad de cuestiones de heterogénea extensión y desigual peso teológico. ¿por qué? Pues porque me pareció el modo mas libre de poder tratar el tema desde todos los puntos de vista. Y sobre todo me pareció esta la manera de poder abarcar al demonio en todos sus aspectos y detalles. En una materia como esta, los detalles son muy importantes. Cada detalle de la Biblia sobre el demonio no es ocioso. Siempre me fascinaron aquellos viejos tomos escolásticos escritos en letra gótica en los que los temas teológicos iban apareciendo con una lógica férrea y al mismo tiempo según el interés y gusto del monje o religioso que la dictaba a su secretario doblado sobre su escritorio.
Así como en mi tesis sobre el exorcismo, la que hice para la universidad, estaba plagada de notas a pie de pagina, de citas eruditas y de temas que los académicos consideran serios y graves, en esta he querido hacer una obra mas libre, menos sujeta a ningún esquema preconcebido. No me hubiera sido difícil dar a todo el contenido de este libro otro aspecto formal aparentemente mas orgánico, pero hice la obra tal cual me habría gustado leerla. Ahora con el libro consumado contemplo una construcción, una construcción intelectual sobre el mundo angélico caído.

Este libro me recuerda a una construcción arquitectónica medieval. Con sus pilares, sus galerías y recovecos. Un libro con capiteles, pórticos y criptas. Por esta obra sobre el demonio se puede ir y venir, recorrerla exhaustivamente o pasearse por ella, es una construcción teológica. Una especie de laberinto demoníaco con sus cuestiones, partes, apéndices, suplementos y anexos. Una construcción al fin y al cabo, levantada con conceptos en vez de piedras, o mejor dicho, con las piedras de los conceptos. Y todo erigido bajo las firmes leyes de la lógica, todo este aparente laberinto sujeto a una estructura férrea que se esconde tras la aparente selva de cuestiones. Ojala que el lector no olvide durante su lectura (durante el deambular en el seno de esta construcción) lo que no se olvido durante su escritura: que toda construcción teológica ha sido erigida a la mayor gloria de Dios. (énfasis añadido por el transcriptor). Es curioso, hasta una construcción teológica sobre el demonio proclama el poder de la omnipotente mano divina.

José Antonio Fortea



Nota: La voz es de Ordenador……
 

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RECUERDA DTA-Dios Te Ama


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