5 CONSEJOS PARA HACER DE TU VIDA UNA ORACIÓN


Las Sagradas escrituras nos invitan e inspira a orar sin cesar y a la oración perseverante. Esto parece difícil, imagínate estar todo el día orando con tantas ocupaciones.

En la primera carta a los tesalonicenses, San Pablo nos exhorta a "Orar sin cesar"(1 Te. 5,17). Esto es una tarea difícil, más si no estamos acostumbrados ¿Cómo podemos orar todo el tiempo estando en el mundo? Inmerso en la monotonía de la acelerada vida de nuestro mundo capitalista y en el ruidoso bombardeo de los distractores tecnológicos de nuestra sociedad actual.

¿Sientes que el orar parece una lucha dura y encima tener que hacerlo todo el tiempo? Pues mi amado hermano en Cristo te tengo una noticia: No es tan difícil como parece.

La oración es fundamental para todo Cristiano y después de algunos años de ser un miembro activo dentro de la Iglesia Católica, me he dado cuenta de la importancia de este llamado y te doy algunas ideas para ayudarte a cumplir esta hermosa vocación que la Biblia nos recuerda como tarea de todo seguidor y servidor de Cristo y que la vida del mundo la ha convertido en un verdadero desafío de todo creyente.

Así que presta mucha atención y trata de practicar estos  4 consejos que traigo para ti:

1. Ofrécelo.

En varias ocasiones he oído decir la frase "Ofrécelo" sin comprender exactamente qué querían decir con esto. Luego, después de algún tiempo comprendí lo que quiere decir ofrecer. Cuando habían servicios que desgastaban físicamente por las largas horas de desvelo y actividades, el  servicio gozoso se empezaba a convertir en sufrimiento y es ahí donde ofrecimos a Dios ese cansancio agotador tan solo por amor a seguir sirviendo, y después de hacer esto con mucho amor y sinceridad las cosas cambiaban positivamente, es decir, ofrecer es dar un pequeño sacrificio por amor a quien se sacrificó por mí primero, con esto no quiero decir que orar sea un sufrimiento, no, para nada, solo que para el católico promedio suele ser difícil poder dedicar a Dios unos minutos de su tiempo.

En la biblia encontramos lo siguiente que se le conoce  como "sufrimiento redentor" un concepto que el Papa San Juan Pablo II explica en su carta apostólica "Salvifici Doloris"

"Porque es una gracia soportar, con el pensamiento puesto en Dios, las penas que se sufren injustamente. En efecto, ¿qué gloria habría en soportar el castigo por una falta que se ha cometido? Pero si a pesar de hacer el bien, ustedes soportan el sufrimiento, esto sí es una gracia delante de Dios. A esto han sido llamados, porque también Cristo padeció por ustedes, y les dejó un ejemplo a fin de que sigan sus huellas" (1 Pedro 2,19-21)

Aunque estos versículos hablan del sufrimiento específicamente, tú también puedes ofrecer a Dios todo lo que hagas para su Gloria.

De esta forma, estarás orando continuamente porque todas tus acciones serán para Dios y harás de tu vida entera una oración para Él.

2. Pide a los Santos que oren por ti.



Si bien es prácticamente complicado en la actualidad para los seres humanos estar todo el día orando vocalmente (con nuestros labios) o al menos mentalmente (pensar en la oración) por las mucha actividades que tenemos que hacer para vivir, esto no es imposible para los santos que están en el cielo ante la presencia de Dios.

Cómprate libros o busca información de fuentes oficiales y conoce las vidas de algunos de los santos y encuentra unos pocos con los que te sientas identificado. Dirígete a ellos en oración todos los días pidiéndoles su intercesión para que oren continuamente por ti delante del trono de Dios.

Recuerda, no estás solo, esto es parte de la "comunión de los santos" que proclamamos con fe en el Credo. El Catecismo nos enseña en el #962

"Creemos en la comunión de todos los fieles cristianos, es decir, de los que peregrinan en la tierra, de los que se purifican después de muertos y de los que gozan de la bienaventuranza celeste, y que todos se unen en una sola Iglesia; y creemos igualmente que en esa comunión está a nuestra disposición el amor misericordioso de Dios y de sus santos, que siempre ofrecen oídos atentos a nuestras oraciones" (Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios, 30)

3. Escucha música Católica.

Aunque esto no es técnicamente "orar sin cesar", escuchar música Católica durante el trabajo, mientras conduces o vas en el transporte, puede aumentar significativamente el tiempo en que tus pensamientos se dirigen a Dios.

En lugar de estar tarareando las letras, a menudo moralmente terribles, de las canciones de moda, disfruta música Católica contemporánea y canta con alegría para Dios, cada vez que tengas oportunidad. Como nos enseñó San Agustín

"El que canta, ora dos veces".

4. Ora durante todo el día.

Divide tu tiempo de oración durante todo el día; esto es especialmente útil cuando no tienes el tiempo
de tener una hora continua para orar en la mañana antes de iniciar tu jornada (aunque es muy recomendable).

Por ejemplo, a menudo reza el Rosario década tras década (10 avemarías en cada ocasión). Puedes comenzar con una en la mañana cuando te despiertas, orar otra década cuando sacas el perro a pasear o sales a caminar, haces otra mientras conduces al trabajo, otra en la oficina y una última antes de acostarte.

Algunos prefieren rezar su Rosario todo a la vez, pero en algunos casos, esta práctica te puede ayudar a asegurarte a hacer el Rosario diario y te recordaría tu enfoque en la oración y a estar en la presencia de Dios a lo largo de todo mi día.

Otra muy buena práctica para desarrollar una rutina de oración continua durante todo el día es la Liturgia de las Horas, que está diseñada para hacerse en varias ocasiones al día (6 am, 9 am, mediodía, 3 pm, 6 pm y 9 pm)

5. Abraza la Cruz.

Todos los días en algún momento de nuestras actividades pasamos por malos momentos que de alguna manera nos entristece, a esto se le llama sufrir, y siempre nuestra vida estará rodeada de sufrimientos y complicaciones. Algunos son grandes, otros pequeños. No los pases desapercibidos ante las llagas de Cristo, Únelos a la muerte de sacrificio de Jesús en la cruz y amorosamente ofrécelos a Dios, Esta es otra forma de orar sin cesar y de ir haciendo vida la oración.

Estas son algunas de las maneras que te propongo para que seas más asiduo a la oración y notes un verdadero cambio de tu conversión, seguro tienes algunas mejores ideas, ¿Qué métodos usas para hacer de tu vida una oración? Comparte tus respuestas en los comentarios de esta publicación



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